Se cumplen 25 años del primer título de Michael Schumacher con Ferrari

El piloto alemán puso fin a poco más de dos décadas de sequía para la casa italiana al proclamarse campeón en Suzuka el 8 de octubre del 2000.
Un día como, 8 de octubre, pero en el año 2000, Michael Schumacher le daba el primer campeonato de constructores a Ferrari después de más de dos décadas. Tras la temporada 1979 en que la que se imponía cómodamente Jody Scheckter, los fanáticos de la histórica escudería italiana esperaban el título del piloto alemán, ya que este había estado cerca en 1997 y 1998 contra Jacques Villeneuve y Mika Häkkinen.
En el primer año del nuevo milenio, Michael recibía Rubens Barrichello, el piloto brasileño que seria desde este entonces su compañero de equipo. «Soy el piloto número dos, pero en realidad es más bien un 1B», declaraba entre risas el oriundo de San Pablo al ser presentando oficialmente como piloto de Ferrari.
«Definitivamente soy el número dos. Sería arrogante de mi parte decir que quiero ser el número uno. Llegué al equipo mucho después que Michael. El espacio es suyo. Esta es la oportunidad de medirme contra Michael, que es uno de los mejores, si no el mejor piloto del mundo: la oportunidad de demostrarme a mí mismo qué tan bueno soy. Ese es el desafío», decía Rubens.
«En mi vida nunca olvidaré esa señal de radio del director Ross Brawn. Conducía por la calle de boxes después de mi segunda parada, y él dijo por la radio: ‘Pinta bien, pinta bien. Estaba muy tenso y esperaba que dijera ‘Pintaba bien’, pero de repente dijo: ‘¡Pinta condenadamente bien!'», expresaba Schumacher entre risas en una entrevista realizada en dicha época, antes de sufrir su accidente.
«No esperaba que funcionara después de la segunda parada. Mis dos últimas vueltas antes del pitstop no fueron buenas. Me había quedado atrapado en el tráfico y tuve que adelantar a un Benetton que se había salido de pista. Y entonces llegó el mensaje de Ross por radio… increíble. El momento en que crucé la línea de meta… ¡una locura!», agregó Schumacher. «Hasta entonces no me había permitido sentir alegría, porque quería estar absolutamente seguro y pasar esa línea de meta».
“No sabía qué hacer con tanta felicidad. De repente me sentí atrapado en el coche, atrapado en mi Ferrari, como si estuviera a punto de explotar. Golpeé el volante tan fuerte que creyeron que se había roto y, por precaución, tuvo que ser retirado», explicaba Michael. «Mirando atrás, tengo que decir que esta carrera fue algo muy especial para mí. No solo porque me dio el título, sino también porque fue una carrera de altísimo nivel. Realmente fue automovilismo en su máxima expresión».
Michael cerró esa temporada con nueve triunfos y la misma cantidad de «pole position», con 12 podios en total. El histórico piloto iba a ganar cuatro campeonatos mundiales de forma consecutiva (2000 – 2004) y esta es una marca que aún no fue superada.




